Primera razón: El Naia es un lugar de comida informal, sencilla y urbana, presentada con gusto. Se trata de un restaurante que sabe sacar mucho provecho a su materia prima. Por ejemplo, al arroz, con una propuesta melosa de espárragos verdes, setas y foie de pato que casi nunca defrauda. Su propietario Mikel Otaegui ofrece una oferta gastronómica no muy extensa que le permite mantener el listón, la coherencia y la fidelidad de sus clientes.
* Hamburguesitas de buey-bueno.
Segunda razón: La ensalada de bacalao con cítricos es un ejemplo de que lo que encuentra el cliente en Naia es mucha frescura. Platos ligeros, generalmente de proporciones justas para compartir, que acompañan muy bien con las temperaturas cálidas de Lanzarote. La esencia vasca del chef del Naia se materializa en las croquetas de crujiente exterior y delicada besamel en el interior. Otra parada obligatoria en este viaje gastronómico son las mini-hamburguesas con hoja de rúcula y acompañadas por papas al horno y romero. Los medallones de solomillo, su curiosa ensaladilla en vaso o su delicado y finísimo tataki son otras recomendaciones. La cuenta media no suele superar los 15 o 25 euros por persona.
* Meloso de arroz, ideal para compartir.
Tercera razón: La terraza del Naia, con vistas al Charco de San Ginés, es un lugar idóneo para tomar un gin tonic aderezado con una espiral de corteza de limón o uno de los mojitos de la casa. En días muy calurosos su terraza puede resultar un buen refugio donde encontrar corriente positiva.
Cuarta razón: En Naia está garantizada la internacionalización de los sabores, pero se hace un especial esfuerzo por consumir producto local, y sobre todo, por marinar los sabores autóctonos con vinos de La Geria. La decoración del local es tan sencilla como acogedora lo que permite que nos encontremos ante un restaurante muy versátil para desarrollar distintos planes. La sinergia entre confort y funcionalidad está garantizada.
* Croquetas enjauladas que se liberan en el paladar.
Quinta razón: Echar un ojo a la web de Naia o a su página en Facebook es comprobar que en esta apuesta gastronómica se cuida la imagen corporativa. Un distintivo de profesionalidad que afianza la apuesta empresarial de sus dueños. Este pequeño restaurante de la Ribera arrecifeña sabe empatizar con el cliente a través de sus sugerencias fuera de carta en las que se plantea nuevas mezclas, texturas y sabores, con talleres de gastrobar y diferentes promociones. En definitiva, Naia es un restaurante de corte moderno, con contenido, con sustancia y con imagen, tan buena, que tiene su propio espacio en Instagram (#Mikelotaegui).