El Naia, compartir es vivir

    No sé si el hambre es un estado físico o mental, pero hay lugares en los que al sentarte a comer, el cuerpo y la mente se alimentan al unísono. Puede que una atmósfera de luz cálida, una música que invita a los movimientos pausados y un camarero amable sean las claves para que se produzca esta sincronía. En Arrecife, la capital de Lanzarote, esta combinación de factores envuelven al restaurante Naia, incorporándolo a la lista de favoritos de quienes buscan compartir un momento distendido. Cuando a su dueño, Mikel Otaegui, se le ocurrió invitar a un grupo de blogueros y personas influyentes de Lanzarote para que probáramos las novedades de su carta, no pensaba que se podía juntar con tanto acierto tantos pequeños detalles.

    Regalo de la casa: platos personalizados obra de Luisete Álvarez

    * Regalo de la casa: platos personalizados obra de Luisete Álvarez!

    Lo primero fue encontrarnos unos platos personalizados obra de Luisete Álvarez de Creále Diseño que nos ayudaron a romper el hielo y a saber dónde teníamos que sentarnos. Después apareció Mirko, un camarero italiano, que se había aprendido nuestros nombres y que en un tono distendido fue tomando la comanda de las bebidas. Un vino blanco seco de la Bodega «Los Bermejos» se decantó sobre la copa impregnando el primer brindis, precisamente de lo que significa Naia: buenos deseos. «No vamos a hacer nada que no hagamos normalmente» nos advirtió Mikel Otaegui al tomar la palabra para explicarnos en qué consistiría el menú. Y no defraudó, porque en este gastro-bar lo que se mima es la continuidad en la calidad de los productos y en el servicio al cliente. Con su breve explicación sobre las 10 nuevas sugerencias de la carta comenzó el «flasheo» de móviles compartiendo mensajes y fotografías ante el desfile de color y sabores que abarrotó la mesa y las redes sociales de exclamaciones positivas.

    La primera cata fue la de unas bolas de falafel con una salsa de yogur que contenía un regusto a menta muy refrescante. Le siguió una ensalada griega donde las aceitunas negras se combinaban con brotes, flores, aros de cebolla roja y trozos de pepino colocados en un bol con intención estética.

    Falafel con yogur!

    * Falafel con yogur!

    Ensalada griega con una presentación muy apetecible!

    * Ensalada griega con una presentación muy apetecible!

    El poder de seducción del siguiente plato, un tartar de atún y aguacate con aceite de sésamo, nos hizo abandonar los móviles para centrarnos en los sabores, e inevitablemente empezamos a hablar del mar.

    Salmón sobre aguacate aliñado!

    * Salmón sobre aguacate aliñado!

    El vino iba ayudando a desentumecer el sentido del humor, y las anécdotas de viajes o estudios. Cuando la tortilla «poco hecha» con aceite de trufa llegó a la mesa, los comensales estábamos entregados a la causa de pasarlo bien, así que el colofón de las risas llegó con las toallitas húmedas monodosis que había que liberar de unas cápsulas de plástico muy curiosas.

    Las bromas iban y venían al mismo ritmo que desaparecían las alitas de pollo con soja, miel, y chili y empezábamos a dudar de si podríamos abordar el reto de completar los diez platos. Un temor fugaz que despejó de nuestras mentes el arroz negro coronado por dos langostinos en forma de 69, al que nadie pudo resistirse «entre risas».

    Arroz negro "afrodisiaco"

    * Arroz negro «afrodisiaco»!

    La recta final de nuestro viaje culinario la alcanzamos con un exquisito tataki de atún rojo sobre crema de verduras salteadas y el cochinillo asado a baja temperatura sobre puré de papa de Lanzarote.

    Cochinillo a baja temperatura con puré de papa local!

    En ese momento en el que hay que desabrocharse un botón para afrontar la «guinda del pastel» aparecieron los vasos de tiramisú y tarta de limón que fueron relamidos con el compromiso unánime de ir al gimnasio al día siguiente. El brut de vino rosado de Bodegas «Los Bermejos», que ha sido distinguido en los premios Agrocanarias 2016 por su elegante botella, chispeó los últimos minutos de la velada.

    El agradecimiento a Mikel Otaegui y su equipo, así como a su mujer Marta Armas que hizo de organizadora del encuentro y anfitriona, siempre se quedará corto, porque nos demostraron que los buenos momentos también se pueden cocinar si hay sintonía, talento, ganas, creatividad y esmero.

    Localización: Av. César Manrique, 33, 35550 Arrecife- Lanzarote, Las Palmas