
Enrique Martín es un apasionado de la repostería. En ella encuentra plenitud. Su incursión a este mundo llegó tras sufrir un accidente y una baja de más de un año. Martín buscó entre dulces su propia reinvención profesional, así como el camino hacia un desarrollo personal que le convirtió en el alma máter de la bombonería “La Corona”. Acaba de inaugurar en Marina Lanzarote su punto de primera venta, porque “nos lo reclamaban los que querían fidelizar con nosotros”. De hecho, hasta ahora, la producción de la Corona ha estado vinculada a bodas, eventos y encargos de cadenas hoteleras. Así, esta bombonería pasa del macro al micro para atender al cliente en proximidad, en un cara a cara, que esperan consolidar a base de originalidad y mimo.
De hecho, cuando Martín habla de chocolate se le libera el corazón. Este alimento compuesto por más de 300 químicos naturales posee la cualidad de ayudar al cerebro a producir serotonina (asociada con la euforia), y además, nos ayuda a reducir el estrés. En la “Corona” trabajan el chocolate artesano y de calidad, que tiene menos grasas y azúcares añadidos. De hecho, preparan una línea para que sus productos se acomoden a los alérgicos a la lactosa, a los celiacos, intolerantes a frutos secos o a los veganos.

Sus grageas de plátano con azúcar glas, maracuyá o de pistacho son una delicia que demuestran la fuerza del “chocolate gold”, que aporta la intensidad del sabor del caramelo a la mezcla. Martín, que ha trabajado codo con codo con el pastelero, Ludovic Lamontagne, prosigue con sus investigaciones para ampliar conocimientos. Su próxima apuesta serán las almendras garrapiñadas que elaborará siguiendo la técnica aprendida de los expertos en caramelos y chocolates, “Garrarte” en Navarra, que desde 1880 llevan ya cinco generaciones trabajando los dulces artesanos. Precisamente, lograr el crujiente y el envoltorio de azúcar tostado casi transparente que respeta la materia prima, será su próximo cometido.
Monedas, bolas de golf, figuras que recrean la fauna marina, en definitiva, Enrique Martín busca el sabor y la forma, el molde y la sustancia que recreen el universo de Lanzarote, y que conviertan a sus creaciones en productos singulares y autóctonos. Por eso, uno de sus productos estrella son los “novios del Mojón” en chocolate negro y con leche (que ya han coronado muchos pasteles nupciales) y que adapta a distintos tamaños. A este souvenir o recuerdo comestible pronto se le unirán las pintaderas o los camellos que bordean el Timanfaya y que serán miniaturizados en chocolate.

Si a Martín se le pregunta por el bombón que mejor podría representa a la isla, asocia chocolate con sal, pero en su catálogo de sabores destacan los rellenos más exóticos, como el de frambuesa, maracuyá o praliné de Amareto, así como sus creaciones de dulce de leche. Las galletas y pastas de té también tienen un espacio en “La Corona”.
En definitiva, a los bombones elaborados por Martín hay que dedicarles los cinco sentidos para mirarlos, olerlos, escucharlos, tocarlos y saborearlos. Cualquier chocolatista sabrá apreciar la sensación duradera e intensa que deja el buen chocolate en el paladar o las notas aromáticas del tueste del cacao o las cualidades de las especias combinadas con frutos secos. La bombonería “La Corona” te ofrece la opción de fundir un momento feliz, de hacerlo despacio, sin ansiedad, y con conciencia, y apostando por productos elaborado en Lanzarote.
¿Dónde? Bombonería La Corona se localiza en el puerto deportivo Marina Lanzarote, en Arrecife (mapa).
Cuándo: De lunes a viernes de 10:00 a 18:00; sábados de 10:00 a 14:00; domingos cerrados.
Reservas: 608 883 703.